¿Qué es la rosácea y la cuperosis? ¿Cómo prevenirla?
La cuperosis y su forma más extrema y crónica, la rosácea, son alteraciones en la piel que se manifiestan por la dilatación de los vasos sanguíneos y por cambios en el tejido conectivo. El resultado es la formación de pequeñas varices o rojeces en distintas zonas del rostro, principalmente en las mejillas.
En España, 4 millones de personas de entre 18 y 64 años sufren esta alteración que puede llegar a ser crónica. Aunque no es una enfermedad grave, lo cierto es que las arañas vasculares generan un problema estético, producen inseguridad y pueden dañar la autoestima. Además, en ocasiones pueden aparecer acompañadas de picor y quemazón cutánea.
¿Por qué aparecen la rosácea y la cuperosis?
En pieles sensibles, los capilares sanguíneos son frágiles y tienen más tendencia a dilatarse. Esto origina inflamaciones en el interior de la piel y rojeces en la capa externa, denominado también rubor. Cuando los capilares vuelven a su estado normal, la rojez desaparece. Sin embargo, estos cambios intermitentes en el estado de la piel del rostro acaban por dilatar los capilares de manera crónica, hacerlos más visibles y convirtiendo las rojeces en permanentes.
Hay ciertos factores que favorecen el enrojecimiento de nuestra piel.
- Antecedentes familiares
- Cambios hormonales
- Hipertensión
- Diabetes
- Exposición continuada y sin protección a los rayos del sol
- Cambios drásticos de temperatura
- Contaminación ambiental
- Nerviosismo, cansancio y estrés
- Ingesta de alimentos picantes
- Consumo excesivo de alcohol, café y tabaco
- Aplicación de productos irritantes y no aptos para pieles sensibles
¿Cómo prevenir la rosácea y la cuperosis?
La mejor prevención es evitar, en la medida de lo posible, los factores que favorecen el enrojecimiento de la piel. Además de los tratamientos estéticos, como el láser, también existen productos y hábitos que nos ayudarán a prevenir la rosácea y la cuperosis.
Higiene facial
Con productos hidratantes y calmantes. Es aconsejable realizar la limpieza con un cepillo facial suave para penetrar mejor en la piel.
Principios activos
El aporte de nutrientes es esencial para mejorar las pieles con rosácea y cuperosis, porque son pieles sensibles, adultas y con falta de hidratación. Por ello es importante la aplicación de productos que favorezcan la circulación sanguínea y tonifiquen la piel. Los principios activos naturales como la caléndula, el lúpulo o la hammamelis son los más aconsejables.
Tratamientos cosméticos
Existen en el mercado una gran gama de productos dermocosméticos de calidad indicados para este tipo de pieles. Algunos, incluso, aportan vitaminas necesarias para el organismo como la vitamina C (fortalece la pared de los capilares sanguíneos) y la vitamina B (aumenta la función protectora de la piel).
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